CULTO DE ISIS EN ROMA

los sacerdotes isíacos.
Durante el gobierno de Augusto, el culto isíaco no solamente era identificado externamente, sino que, además, una de las mayores enemigas del pueblo romano, Cleopatra, derrotada por Augusto, se había autodefinido como la nueva Isis; la identificación de las reinas ptolemaicas con Isis se había convertido ya en una tradición, iniciada por la esposa Ptolomeo II.
La imagen conservada en el Museo de Nápoles representa la ofrenda de un vaso canopo, punto culminante del ritual, con toda la parafernalia que rodeaba al acontecimiento simbólico de la exhibición del arcano de Osiris, cuyo significado quedaba restringido a los iniciados en los misterios isíacos.
En otras pinturas procedentes tanto de Herculano como de Pompeya se representan varios rituales de este evento, obviamente destinado solamente a iniciados, como danzas rituales donde sacerdotes impolutos, rasurados y portando vestiduras blancas estaban acompañados por tañedores de sistros, el instrumento musical de la diosa, y bailarines. En una de las pinturas un bailarín que porta una máscara, en un misterioso ritual que aparece en Herculano.

Como uno de los cultos considerados como mistéricos en la Antigua Roma, el cristianismo adopto muchas de las formas, ritos y liturgias de estos, tanto del culto mitraico como el de Isis. Los gobernantes nubios mantuvieron el culto a la diosa en el, para entonces, viejo templo de Filae, hasta que un decreto del emperador Justianiano en el siglo VI, cerró el santuario convirtiéndolo en iglesia y acabando con el culto a Isis.
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