Los celtíberos incorporan a sus monedas el repertorio iconográfico utilizado por los iberos, influidos por los griegos, aunque cada vez más adaptados a una estética autóctona: la imagen o busto masculino del anverso y el jinete con distintos atributos en el reverso. El busto puede aparecer adornado con el torques, o vestido con el sagum (manto que los celtíberos recogían sobre el hombro derecho con una fíbula), pero también con casco, diademas o láureas (en Sekobirikes, Turiasu y Bílbilis), muestra de su la vinculación con prototipos griegos, púnicos y romanos.
El jinete montado sobre un caballo portando una lanza es la iconografía más habitual en el reverso, presentando sólo modificaciones limitadas, a excepción de la sustitución de la lanza por otro objeto: palma, estandarte, o girando el brazo derecho hacia atrás para alzar otros tipos de armas (hacha doble, hoz, venablo o estandarte).
La tipología de los divisores y sus símbolos añadidos ofrece una representación de diversos animales, como el caballo y excepcionalmente aparece el gallo (en los semis de Arekoratas), el jabalí (Sekaisa) y el león (Sekobirikes). También el delfín, o bien objetos como la palma, la estrella o el creciente (Turiasu y Bílbilis), asociados a los tipos principales tanto del anverso como del reverso.
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